Con el fin de las fiestas de Navidad, nos encontramos la despensa llena de polvorones, mantecados, turrones, bombones… y como no, embutidos. Es muy típico comprar de más para que no falte y comer sobras navideñas hasta febrero.
Como es normal, no queremos tirar nada ni que se nos echen a perder esos embutidos ibéricos que tanto nos han gustado. Es en este punto en el que mucha gente se pregunta ¿se pueden congelar los embutidos ibéricos?
En este post de La Dehesa, el blog de José Jara®, damos respuesta a todas tus dudas. Desde si es aconsejable congelar embutidos hasta la mejor forma de hacerlo.
¿Se pueden congelar los embutidos y el Jamón Ibérico?
La respuesta es sí, pero hay que hacerlo bien. De hecho, es una acción que se hace desde que existen los congeladores. Es muy habitual, en las matanzas de los pueblos congelar muchas piezas una vez curadas para ir dándoles salida durante todo el año.
Otro ejemplo muy común es el de las embarazadas que quieren evitar cualquier posible riesgo de toxoplasmosis, pero no son capaces de renunciar a los embutidos durante los nueve meses de embarazo. ¿Cuál es la solución? Congelarlo.
No obstante, es importante tener en cuenta que algunos embutidos curados como son el chorizo o el jamón pueden cambiar a la hora de congelarse. Es por ello por lo que debemos seguir una serie de consejos previos a la hora de congelar el embutido.
¿Cómo congelar correctamente los embutidos?
Para congelar los embutidos en casa es necesario contar con un congelador doméstico lo suficientemente potente. Además de eso, es imprescindible asegurarse de que están muy bien sellados antes de guardarlos.
Los pasos que seguir para congelar correctamente embutidos y Jamón Ibérico son los siguientes:
- Conservarlos a una temperatura al menos de hasta -24 grados. La potencia del congelador es un aspecto clave para conseguir que el producto se conserve por más tiempo. Si piensas congelar las piezas durante 24 horas (este es el caso de muchas embarazadas) lo ideal sería que la temperatura alcance los -24 grados para que se congele lo más rápido posible.
- Siempre que puedas, envasa al vacío los embutidos. Sobre todo, si se trata de embutidos curados como el Jamón Ibérico. El motivo de hacerlo es evitar que durante el proceso de congelación pierda todas propiedades físicas y se dañe el curado. Al envasar al vacío evita la posibilidad de que eso suceda. Sin embargo, nosotros te recomendamos no mantenerlos por mucho tiempo en el congelador, y si lo haces asegúrate de que se conserven a una temperatura máxima de -18 grados.
- Congelar la pieza entera. Sin duda, hacerlo así es mejor que congelarlo en lonchas o ya cortado. Principalmente si se trata de embutidos curados, lo mejor será envasar la pieza entera al vacío.
Hay que tener en cuenta que el embutido se vende en su punto óptimo de curación, con lo que esa maduración extra en casa puede que no lo estropee del todo, pero tampoco le hará ningún bien. Ya que estamos hablando de embutidos, ¿Te gustaría probar un Surtido ibérico Lomo de bellota 100%, Longaniza Chorizo de bellota y Longaniza Salchichón de bellota? Aquí te dejamos un enlace para que lo pruebes.
En todo caso, igual que con cualquier otro alimento, es muy importante congelar el producto cuando esté en buen estado, no cuando empecemos a notar que se está empezando a estropear.
Así que, ahora que han acabado las fiestas navideñas, toca ver la cantidad de embutidos que ha sobrado y decidir cuáles se congelan.