6 falsos mitos del Jamón ibérico

Jamón ibérico 100% Bellota

El Jamón Ibérico, con su rica tradición y sabor exquisito, ha ganado un lugar destacado en la gastronomía española y en la apreciación culinaria global. En este artículo, exploraremos con perspicacia los mitos que han circulado en torno a este delicioso manjar. A pesar de su popularidad, el Jamón Ibérico no está exento de concepciones erróneas que a menudo influyen en nuestra percepción de su calidad, características y combinaciones ideales. Vamos a desentrañar estos mitos arraigados y arrojar luz sobre la verdad detrás del jamón que todos amamos.

El jamón ibérico ocupa un lugar destacado entre los alimentos que más valoramos y reconocemos en España y en el Mundo entero. Tal y como has podido conocer en nuestro blog, existe una gran cantidad de datos interesantes y peculiaridades relacionadas con el Jamón Ibérico. Sin embargo, hasta este momento, no hemos hablado de los falsos mitos que circulan sobre el Jamón Ibérico, y su cantidad no es insignificante. En este post José Jara©  te desmentimos algunos de los falsos mitos del Jamón Ibérico.

1. Es mejor la pata izquierda que la derecha

Existe la noción equivocada de que la pata izquierda es superior a la derecha, una idea arraigada en la creencia común de que los cerdos invariablemente reposan sobre su flanco izquierdo. Supuestamente, esto conduciría a una distribución de grasa más efectiva y a una carne más densa. Sin embargo, esta afirmación carece de fundamento. Los cerdos no mantienen una posición constante al dormir, lo que desacredita la idea de que el jamón izquierdo sea superior al derecho.

2. El mejor jamón ibérico es el de pata negra

Se suele afirmar que el jamón ibérico de alta calidad es aquel proveniente de cerdos de “pata negra”. Sin embargo, es importante destacar que la característica negra se aplica a la pezuña y no a la totalidad de la pata. Además, no todos los jamones ibéricos tienen la pezuña de color negro. En realidad, el estándar de excelencia se establece mediante la raza del cerdo, su dieta y el minucioso proceso de curación al que es sometido.

3. Los puntos blancos que tiene el jamón ibérico es sal

A menudo se dice que los diminutos puntos blancos en el jamón son resultado de la sal. Estos puntos son, en realidad, cristalizaciones de Tirosina, un aminoácido presente en las proteínas, que tiende a formar cristales durante el proceso de maduración del jamón. No tienen ningún efecto negativo; por el contrario, señalan que el proceso de curado ha sido óptimo, en bodega y de forma tradicional.

4. Los cerdos ibéricos se alimentan exclusivamente de bellotas

Es común creer que los cerdos ibéricos de bellota se alimentan únicamente de bellotas. Sin embargo, esta es una percepción errónea. Durante la etapa de la montanera, que debe extenderse por al menos 60 días, los cerdos ibéricos de bellota efectivamente incorporan bellotas a su dieta, lo que les permite ganar hasta 46 kg en ese período. No obstante, su alimentación no se limita únicamente a las bellotas.

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5. El Jamón Ibérico engorda

El adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo demanda la presencia de grasas saludables. Muchos especialistas en nutrición sostienen que el jamón ibérico no engorda, ya que su grasa interna es de tipo beneficioso. Cada deliciosa loncha contiene una fina capa de grasa que realza el sabor y la textura, a la vez que contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico.

No obstante, es importante no excederse con la grasa externa que envuelve al jamón. Su función es salvaguardar y conservar la pieza de carne.

6. El Jamón Ibérico solo marida con vino tinto                                                   

Siempre se ha asociado el jamón ibérico con el vino tinto. Sin embargo, la realidad es que una de las combinaciones más armoniosa se da con el vino blanco, particularmente los espumosos. Estas variedades, al ser más suaves, realzan el sabor del jamón de una manera excepcional. Similarmente, el cava también se posiciona como una elección idónea para acompañar este exquisito manjar.

El mundo del Jamón Ibérico está rodeado de creencias erróneas que, si bien pueden parecer ciertas a simple vista, carecen de fundamento. Hemos desmitificado seis de los conceptos más comunes que han prevalecido a lo largo del tiempo. Desde la supuesta superioridad de una pata sobre la otra hasta la idea de que solo los “pata negra” son de alta calidad, estos mitos han sido desenmascarados por su falta de base científica. Además, la presencia de puntos blancos en el jamón no se debe a la sal, sino a un proceso natural de maduración. La alimentación de los cerdos ibéricos es más variada de lo que se cree, y la grasa interna del jamón, en cantidades moderadas, puede aportar beneficios a la salud. Y, finalmente, la armoniosa combinación del Jamón Ibérico no se limita al vino tinto, ya que los vinos blancos y espumosos también realzan su sabor de manera excepcional.

Es imperativo superar estas concepciones erróneas y apreciar el Jamón Ibérico por lo que realmente es: un manjar lleno de historia, tradición y una experiencia gastronómica única. Al comprender la verdad detrás de estos mitos, podemos disfrutar aún más de este deleite culinario, saboreando cada loncha con conocimiento y aprecio por su autenticidad.

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