El jamón, tanto el de tipo serrano como el Jamón ibérico, es un producto que se obtiene de las patas traseras del cerdo. Este tipo de jamón es sometido a un proceso de curación que le permite ser consumido directamente, sin necesidad de cocinarlo. En José Jara©, cuando compras una pieza de jamón, te llega a casa en su punto óptimo de consumo. Para disfrutarlo, simplemente debes abrirlo, cortar una loncha en el caso de que sea una pieza entera -o servirte una cortada a cuchillo de tu blister loncheado y al vacío- y llevarla a la boca. Cocinar el jamón antes de consumirlo es considerado un error, ¡y para mucho un sacrilegio! ya que se pierde su sabor, aroma y textura característicos del buen jamón ibérico.
Sin embargo, si tu objetivo es incorporar el jamón en tus recetas, puedes cocinarlo si la receta lo requiere. No obstante, se recomienda manipularlo lo menos posible. Si lo consumes crudo, podrás disfrutar al máximo de su sabor, aroma y textura. Una opción es añadirlo como topping en los últimos pasos de la receta, de esta forma se modificará su sabor lo menos posible.
Nosotros recomendamos solo cocinar el jamón ibérico en los casos en que lo debas introducir en medio de una receta para mezclarlo con otros ingredientes, como en el caso de una “quiche”, unas croquetas o cualquier otro plato donde su presencia sea indispensable. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, al cocinarlo en la sartén, bastarán unos pocos segundos.
LA FORMA PERFECTA DE COMER JAMÓN
Como ya te hemos contado, para preservar el auténtico sabor, aroma y textura del jamón ibérico, es preferible consumirlo completamente crudo. La temperatura de consumo, el método de corte y la forma de conservación son factores clave al disfrutar del jamón.
La temperatura ideal para degustar el jamón oscila entre los 20 y los 25ºC. Si tienes una pieza entera, puedes comenzar a cortar y consumir directamente. En caso de que hayas adquirido jamón en lonchas y envasado al vacío, deberás sacarlo del frigorífico aproximadamente 30 minutos como mínimo antes para que alcance la temperatura óptima al momento de consumirlo. Una vez listo, notarás que las lonchas se separan con mayor facilidad.
Para el corte, te recomendamos que consultes el post ¿Qué cuchillos se usan para cortar el jamón? en el que te damos indicaciones para conseguir el corte perfecto.
CÓMO CONSERVAR EL JAMÓN
En cuanto a la conservación, si has comprado una pieza entera de jamón, es recomendable comenzar a consumirla lo antes posible. Cuando recibes el jamón José Jara© en casa, ya se encuentra en su punto óptimo para ser consumido. Una vez que hayas empezado el jamón, es muy importante que cubras la pieza adecuadamente con un paño libre de pelusas. A pesar de ser una técnica muy extendida, evita utilizar la propia grasa del jamón para cubrirlo.
En el caso de los jamones loncheados y envasados al vacío, se mantienen en perfecto estado hasta por 10-12 meses en el frigorífico, siempre y cuando estén bien sellados.
EL USO DEL JAMÓN EN LA GASTRONOMÍA
En España, el jamón se considera un símbolo de nuestra gastronomía. En la mayoría de los restaurantes del país encontrarás este delicioso producto.
La presentación del jamón en el plato también es clave a la hora de disfrutarlo. Es importante tener en cuenta que el corte perfecto debe ser una loncha de grosor fino y de cuatro a cinco centímetros de longitud. Cada loncha debe tener una forma similar para lograr simetría y armonía en el plato. La disposición comienza desde el borde exterior del plato hacia el centro, superponiendo las lonchas. Un consejo es orientar la parte de más grasa de la loncha hacia el interior del plato, de esta manera será más fácil tomar las lonchas al degustarlas y además le dará un aspecto más atractivo al plato. Se recomienda utilizar platos redondos para agregar elegancia a la presentación, aunque también es muy popular servirlo en tablas de madera. Para saber más sobre el emplatado, te aconsejamos leer nuestro post Cómo emplatar el Jamón Ibérico.
Acompaña el jamón con elementos que realcen su valor culinario, como el cava o un vino suave, el pan untado con aceite de oliva o los palitos de pan. Incluso puedes combinarlo con tomate o melón. Además de crear un contraste entre lo dulce y lo salado, te ayudará a refrescar el paladar entre cada loncha.